A principios de Agosto, comentaba el regalo que me mandó el sobrino de mi hermana desde Valencia. Un amor.
Pues ese niño, Héctor, ha venido con sus padres a Madrid este fin de semana. Como no podía ser de otra manera, me fuí a visitarlos. Estuve poco tiempo porque se tenian que volver a Valencia, pero el suficiente para demostrarle lo mucho que me había gustado su dibujo. De hecho lo llevo de fondo en el móvil.
Al bajar a la calle no pudo resistirse a subir a una moto, a mi moto. Cuando pasados unos minutos lo bajaron, porque él no se quería bajar, estaba totalmente emocionado. Antes de que se fueran, me despedí de él dándole un beso y dándole este regalo que le habia comprado.
Así tendrá un mejor recuerdo de éste fugaz viaje, y sobre todo, de mi.
ohhhhhhhhhh! how sweet!!
😉
el Héctor, un encanto! y tú! un «tio postizo» de lo más enrollado!
(menuda moto, no me extraña el xaval stuviera impresionado!)